1982. N. 104
Mi primer libro del Carpentier me lo regaló en Tato Ruíz,
el director del coro del colegio, por allá cuando yo estaba en cuarto o quinto
año. Siempre le estaré agradecido, no solo por el libro sino por las mil horas
maravillosas de ensayos y conciertos del coro. No fue este el libro que me
regaló, sino Los Pasos Perdidos. Da igual,
siempre vale la pena leer y releer a Carpentier y estos cuentos son una pequeña
muestra de una obra enorme.